-La España de las «eras».

Moral de Calatrava 22 agosto 2023, Loly Arroyo,.- Siempre decía o pensaba que jamás vería a España ganar un mundial me refiero a la España masculina, básicamente porque siempre es la que se ha visibilizado, conocido, y dado difusión hasta en la sopa…

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Como si no hubiera más «Españas» otras que han tenido mil barreras que derribar, luchar, soñar con lo «insoñable» porque simplemente no existía, incluso muchas veces sentirse, sentirnos humilladas, o insultadas, esconderte o sentirte mal por hacer lo que más nos gustaba, que era jugar con un balón.

Estos días, a tod@s nos parece muy molón, y nos sentimos muy orgullos@s de estas chicas, lo que han conseguido, y vemos o entendemos ahora, (algo) la inmensa hazaña que han hecho que es luchar contra el mundo, los impedimentos, los pocos recursos, la nula visibilidad o apoyo de la sociedad.

Pero me es imposible no retroceder al pasado, y retrotraerme en pensamientos y recuerdos de años atrás, muchos tal vez, en que ni estas pedazo de mujeres, algunas casi niñas ni habían nacido.

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Y recuerdo con dolor, aquellos insultos en el colegio, por parte de compañeros de clase, compañeras, en el recreo, en Educación Física, el típico «Marimacho» o «Birro» recuerdo este último con especial tristeza y porque para mi era el que más daño me hacía.

Esa frase que me perseguía siempre que jugaba con los niños del recreo en el colegio y a veces por la calle.

-Anda, que eres un Birro!! Marimacho!

En estas fotos, hay muchos años de diferencia, porque de adolescente o niña nunca pude jugar al fútbol, simplemente porque nunca hubo donde, como, o con quién jugar o entrenar.

No había escuelas deportivas, (si alguna de voleibol o baloncesto) no había equipos, no había referentes, tenías que elegir entre ser Buyo o Michel, no había nada, por no haber no había ni respeto.

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De mis años de niña jugando al fútbol, solo tengo estas 2 que son con mis vecinos, en esas famosas eras que nombro, donde nos pasábamos la tarde jugando hasta que se hacía de noche.

En las eras y con ell@s no había discriminación, como si había en ese mítico reparto del colegio, en el que los «capitanes» de turno siempre te dejaban la última en la elección de los equipos por ser la chica…

En las eras no había los corrillos como si los había en el corner de la pista del colegio, cuchicheando, o escuchando risas de mofa.

En las eras no había los corrillos como si los había en el corner de la pista del colegio, cuchicheando, o escuchando risas de mofa.

En las eras, en el barrio, jugábamos tod@s, chicos o grandes, porque éramos como casi familia, y o jugábamos todos o no se jugaba, no había insultos, no existía el sentirte inferior, solo había ilusión cuando llamabas a la puerta de tu vecin@ y preguntabas con una sonrisa y casi haciendo chantaje emocional a su madre o padre, si estaba su hij@ y le dejaba salir a jugar un rato…

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Como puse en la introducción de mi libro, empecé a jugar al fútbol muy tarde, con 33 años… Pero inmensamente orgullosa de haberlo vivido, porque hasta entonces siempre tuve esa espina clavada, pude jugar, si, tarde, y esa temporadas las recuerdo con mucho cariño, porque siempre pensé que ya jamás lo haría, y que mis recuerdos con un balón serían siempre esos de los insultos del colegio a la ambigüedad de la felicidad de la era…

Como decia al principio, había más Españas que la de Iniesta, Casillas, Butragueño, o Juanito…

Y siempre la ha habido, había esta España, había este mundo…

Pero por fin parece que algo está cambiando y que es imparable,

Gracias, a éstas campeonas y sus predecesoras y tantas que se quedaron en el camino