22 de diciembre 2020.- Hoy se cumplen 137 años de la inauguración del «Trenillo», que tanto marcó y contribuyó al desarrollo de nuestro pueblo durante finales del siglo XIX y primeros del XX.
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En este artículo he recogido principalmente, lo que tiene que ver con Moral de Calatrava, aunque al final te puedes descargar la historia completa de este singular «trenillo».
Los orígenes de este ferrocarril comienzan en 1890, año en el que el Gobierno concede autorización a Pedro Ortiz de Zárate, para la construcción de un ferrocarril de vía estrecha entre Valdepeñas y La Calzada de Calatrava, a través de una concesión de noventa y nueve años, sin subvención de ningún tipo por parte del Estado, según disponía la entonces vigente Ley de Ferrocarriles del año 1877.
Meses más tarde, concretamente el día 5 de enero de 1891, el Gobierno aprobó el proyecto constructivo, en el que como cuestión técnica más importante se adoptó un ancho de vía, de carril a carril, de 750 milímetros, en lugar del ancho métrico (1.000 mm), que era mucho más usual en vías estrechas de uso público.
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Tras las preceptivas adquisiciones y expropiaciones de terreno, se iniciaron los trabajos de construcción de los 42 kilómetros con los que inicialmente contaba la línea. Su inauguración se produjo casi tres años después, el día 22 de diciembre de 1893.
Posteriormente, la Compañía decide prolongar la línea hasta Puertollano, con el fin de tener dos puntos de enlace con otros ferrocarriles de vía ancha en sus estaciones de cabecera: Valdepeñas con la línea de Madrid a Cádiz y Puertollano con la línea de Madrid a Badajoz, ambas propiedad de la Compañía de Madrid a Zaragoza y Alicante (M.Z.A.). La inauguración de este segundo tramo, de 34 kilómetros de longitud, se produjo el día 24 de febrero de 1903.
Características de la línea
La línea partía de la estación de Valdepeñas, que estaba situada enfrente del edificio de viajeros de la actual estación de Renfe. Tras hacer un giro de casi 90 grados al noroeste, continuaba dirección a Moral de Calatrava, en un trazado paralelo a la actual carretera CM-412. Desde Moral se dirigía a la finca de Montanchuelos y a la estación de Granátula, que distaba del pueblo unos 3 kilómetros, llegando a Calzada después de cruzar el Jabalón.
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Pese a que la línea tenia 79 pasos a nivel en los cruces de caminos, solo estaban vigilados cuatro de ellos: tres en las proximidades de la estación de Moral de Calatrava y uno en Calzada de Calatrava, que era el que cruzaba la carretera a Ciudad Real. Los guardabarreras que cubrían estos servicios eran mozos de la estación, guardagujas o mujeres contratadas para ello, principalmente en pasos a nivel de Moral de Calatrava.
El apeadero de La Gredera daba servicio comercial a unos baños que existían junto al ferrocarril, que eran muy utilizados principalmente en época estival. Esta dependencia también tenía un pequeño apartadero para la carga de piedra de greda, de ahí su nombre.
La estación de Moral de Calatrava que era bastante similar a la de Calzada, fue construida de piedra de cantería en dos pisos. Junto a ella estaba el retrete, la cantina y el almacén con muelle descubierto, así como el depósito de agua.
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La mayor parte de las estaciones contaban con viviendas para el personal, que principalmente eran utilizadas por agentes circulación. En Valdepeñas, Moral de Calatrava y Calzada de Calatrava estaban ubicadas en la primera planta del edificio de viajeros. En otras, las viviendas estaban situadas en los mismos edificios de la estación o en otros inmuebles junto a ellos.
Pese a que nos parezca difícil de entender, no todas las estaciones contaban con retretes públicos, de hecho, Montanchuelos, Granátula de Calatrava, Hernán Muñoz y Argamasilla de Calatrava nunca lo tuvieron. El resto de estaciones si contaban con pequeñas casillas con pozo ciego y sin agua corriente.
Otro de los detalles más significativos era la ausencia de cantinas en las estaciones, a excepción de la que había en la de Moral de Calatrava, que estuvo regentada por la familia de “los Agapitos” hasta su clausura en 1963. Parece ser que Calzada también contó en su día con una pequeña cantina, aunque en los últimos años ya no funcionaba.
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En este punto también hay datos muy curiosos, puesto que la práctica totalidad del agua que se consumía en toda la línea procedía de tres pozos, propiedad de la Compañía, situados en Moral de Calatrava, algunos de los cuales todavía existen.
Todo este movimiento supuso un extraordinario revulsivo para la economía de la Comarca durante la primera época de la vida de la línea, esto es, desde 1893 a la década de 1920 que se tradujo en una mejora de la clase alta y media de la población.
Si paseamos por Moral de Calatrava o por Calzada de Calatrava, podemos contemplar algunas casas solariegas construidas en ese tiempo de familias terratenientes que tenían grandes patrimonios de fincas agrícolas.
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Muchos de los Ayuntamientos han utilizado los terrenos para incorporarlos a sus inventarios de suelo municipal, entre ellos Moral de Calatrava, Calzada de Calatrava y Puertollano. El resto, al estar las estaciones lejos de las poblaciones, también han sido utilizados por los propietarios de las fincas de la zona.
Por todo ello, ha sido imposible estudiar la posibilidad de realizar una “vía verde” a lo largo de la traza de su explanación.
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