Preocupante caída de las solicitudes PAC en Castilla-La Mancha

Hoy 9 de septiembre, Día Mundial de la Agricultura, es una fecha idónea para recordar que Castilla-La Mancha, tierra de agricultores, ganaderos y de productos que alimentan a España y a buena parte del mundo, vive una silenciosa y profunda crisis en el sector agrario. Los datos no engañan. Desde el año 2016, el número de solicitudes de ayudas directas de la PAC (Política Agraria Común) ha sufrido un desplome que no puede pasar inadvertido. Frente a las 118.312 solicitudes presentadas en el 2016, el año pasado (2024) se registraron poco más de 81.000 solicitudes. Es decir, en dos legislaturas, se han perdido casi 37.300 solicitudes de ayudas directas de la PAC, lo que supone un descenso de más del 31%.

Publicidad:

¿Qué ha ocurrido en estos años para que miles de agricultores, ganaderos, jóvenes y mujeres hayan dejado de solicitar estas ayudas económicas que son esenciales para el mantenimiento de la renta de los profesionales agrarios del campo castellano-manchego? La respuesta no es sencilla, pero los datos apuntan a una tendencia preocupante.

La PAC es, y ha sido durante décadas, uno de los pilares fundamentales para garantizar la sostenibilidad económica del sector agrario y del medio rural. Su correcta gestión no solo ha supuesto asegurar la renta a los profesionales del campo, sino también preservar la vida en nuestros pueblos, luchar contra la despoblación y fomentar un modelo de desarrollo rural sostenible y con futuro.

Durante las dos últimas legislaturas, sin embargo, la caída sostenida de las solicitudes de la PAC refleja más que una mera transformación del modelo agrario. Reflejan abandono y la desesperanza de un sector que no se siente respaldado ni por las políticas agrarias ni por los gobernantes que las deciden. Porque mientras se habla de digitalización, de sostenibilidad y de miles de millones de euros de fondos europeos, en la práctica es que miles de profesionales han sido “invitados” a desaparecer del mapa agrario regional.

La agricultura no solo se enfrenta a las inclemencias del clima o a los vaivenes del mercado: también sufre la falta de visión política. Y los datos lo demuestran. Menos solicitudes significan menos explotaciones activas, menos empleo rural y menos vida en nuestros pueblos.

Publicidad:

Es hora de hacer una profunda reflexión sobre este descenso. Porque si tras 8 años de gestión de la PAC, el resultado es que Castilla-La Mancha, una región eminentemente agraria, cuenta con más de 37.000 agricultores menos, algo se está haciendo mal. Es también preocupante, las bajas cifras que registran los jóvenes en las solicitudes de la Pac, ya que mientras en el 2016, los jóvenes de menos de 25 y hasta los 40 años de edad, llegaban a representar a 8.905 perceptores, en el 2024, esta cifra ha perdido por el camino a 3.722 jóvenes. Una situación que es igualmente extrapolable a las mujeres perceptoras de las ayudas directas de la Pac, ya que mientras en el 2016, las mujeres ascendían a 44.598 perceptoras en el 2024 han quedado reducidas a 31.341.

Esto no es solo un dato estadístico: es el reflejo de un campo que se vacía, de explotaciones que cierran, de familias que se marchan y de jóvenes y mujeres que dejan de ver su futuro en la agricultura o la ganadería de nuestra región. Estas cifras evidencian no solo un problema cuantitativo, sino estructural: el sector se envejece y masculiniza aún más y sin mujeres ni jóvenes en el campo, no hay relevo generacional ni sostenibilidad a medio plazo. Y si el campo se muere, se muere también una parte esencial de nuestra identidad, economía y futuro.

Llevamos dos legislaturas registrando una pérdida progresiva bajo un modelo de gestión que no ha sabido —o no ha querido— adaptarse a las necesidades reales del sector. La agricultura y la ganadería no pueden seguir siendo víctimas del olvido político. Es necesario actuar con urgencia, valentía y visión de futuro. Porque cuando el campo se abandona, no solo se pierden agricultores y ganaderos y solicitudes de la PAC: se pierde vida, cultura, identidad… y garantía alimentaria.

Publicidad:

La solución, aunque compleja, no es un misterio: pasa por facilitar la incorporación de los jóvenes y de las mujeres al sector agrario. Pasa por aprobar una PAC respaldada por y para el sector, eliminar trabas burocráticas, por garantizar apoyo técnico y financiero, por hacer atractivo un sector agrario que hoy se percibe como incierto, poco rentable y falto de apoyo institucional. Pasa por garantizar precios justos y rentables que permitan trabajar con dignidad y también por poner en valor lo que representa el campo: el campo no es solo un sector económico más, es un sector estratégico que garantiza el acceso a los alimentos que consumimos todos, dentro y fuera de nuestras fronteras, con calidad y seguridad alimentaria.

Por Lola Merino

Presidenta nacional de AMFAR

Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural

Cooperativas estima una cosecha de 24 millones de hectolitros de vino y mosto en Castilla-La Mancha un 5% más al librase de los efectos del mildiu

Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha baraja unas previsiones de cosecha para la campaña vitivinícola 2025/2026 de unos 24 millones de hectolitros de vino y mosto en la región, es decir, un 5% más que los 22,7 millones cosechados en la campaña del año anterior.

Tras una primavera húmeda, con un mes de junio y primera quincena de julio especialmente calurosos, la vid se está desarrollando de forma «satisfactoria» en todas las zonas vitivinícolas de Castilla-La Mancha, a excepción de algunos puntos que se han visto afectados por tormentas acompañadas de granizo, han informado las cooperativas este jueves en nota de prensa.

Publicidad:

Los presidentes, gerentes y técnicos de las bodegas cooperativas de toda la región, que han celebrado la tradicional Asamblea de Vinos de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha en Tomelloso (Ciudad Real), han señalado que el mildiu, que está afectando fuertemente en algunas zonas de España como Andalucía, La Rioja y Castilla y León, no parece tener una importante incidencia en la región, por lo que el desarrollo vegetativo sigue su curso normal.

La organización cooperativa, que representa más del 75% de la producción y transformación vitivinícola de la región, ha barajado unas previsiones de cosecha de 24 millones de hectolitros que representarían más del 63% de la producción vitivinícola nacional, que se elevaría a 38 millones de hectolitros de vino y mosto.

CON LAS ESTIMACIONES DE EXISTENCIAS DE VINO EN ESPAÑA CON UN MILLÓN DE HECTÓLITROS MENOS “PUEDE QUE SE DÉ LUGAR A UNA VENDIMIA EQUILIBRADA EN VOLÚMENES A COMERCIALIZAR”

Si a todo ello se unen unas estimaciones de existencias de vino en España con un millón de hectólitros menos que a estas alturas del año anterior, “puede que se dé lugar a una vendimia equilibrada en volúmenes a comercializar” según ha reconocido el portavoz sectorial de Cooperativas, Juan Fuente.

Publicidad:

Fuentes ha indicado que estos datos se pueden traducir «en un moderado optimismo de estabilización en el mercado nacional, ante un contexto mundial con amenazas patentes como: la preocupante bajada de consumo de vino, aranceles, restricciones legislativas y situaciones geopolíticas que pueden generar incertidumbres y zozobras”, lo que sin duda pondrá a prueba la capacidad de adaptación de nuestras bodegas cooperativas.

Por provincias, “se espera unas subidas de producción moderadas en las provincias de Toledo y Ciudad Real, con un 5 % más aproximadamente, mientras que las provincias de Cuenca y Albacete experimentarían subidas alrededor del 10 % más que el año anterior”.

Uvas muy sanas que apuntan a un buen equilibrio entre azúcares y ácidos, lo que repercutirá en transformados de muy buena calidad, ha señalado el portavoz de la sectorial, que ha dicho que este hecho “ seguro satisfarán las necesidades de nuestros clientes tanto a nivel nacional como internacional”.

En relación con los stocks de vino, según estimaciones de los servicios técnicos de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, en España a 31 de julio de 2025, éstos podrían rondar los 32 millones de hl de vino y mosto (30 de vino y 2 de mosto), muy por debajo de la media de los últimos cinco años, de los que Castilla-La Mancha contribuiría con unos escasos 7 millones de hl de vino, aparte de un millón y medio de hl de mosto, repitiendo cifras respecto al año anterior que fueron las menores existencias vinícolas de la última década en nuestra región.

Publicidad:

Estas cifras, a juicio del portavoz sectorial cooperativo “suponen un excelente funcionamiento de las salidas, sobre todo en Castilla-La Mancha, desde donde se habría hecho un esfuerzo importante en aligerar existencias, tanto en exportación como en las diversas salidas en el mercado nacional, habiendo comercializado cerca de 22 millones de hl de vino y mosto en toda la pasada campaña 2024/25”, es decir, a un ritmo de 1,80 millones de hectolitros de vino y mosto al mes.