Oficios desaparecidos.- El aguador

Mª Dolores López-Tercero Sánchez.- El sistema de red de agua implantado en España en el siglo XX, y la venta de agua potable embotellada, abocaron al antiguo oficio del aguador a su desaparición, estando aún en activo en algunos países.

En Moral de Calatrava era muy conocido por todos Juanerje, último aguador de la localidad, anteriormente estaban José «el aguador» y Roque.


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Pero, si quieres saber más sobre la figura del aguador en general, y sobre Juanerje en particular, te invitamos a seguir leyendo.

Muy posiblemente, este oficio de aguador tenga sus orígenes, para el caso de nuestro país, en la España de época romana. Sin embargo, fue claramente heredado de los azacanes del periodo musulmán, quienes transportaban el agua potable ayudados por burros o mulas.

Antiguo oficio que aparece en multitud de obras literarias, como por ejemplo El Lazarillo de Tormes; obras de arte, como El aguador de Sevilla de Diego Velázquez; e, incluso, zarzuelas, como Agua, azucarillos y aguardiente.

Siendo un trabajo de tanta importancia, llegó a crearse, desde el siglo XV y hasta el siglo XX, el gremio de aguadores en la ciudad de Madrid, mediante el cual todos ellos quedaban regulados bajo la misma normativa.


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Fue, en general una labor desempeñada por hombres, aunque en algún caso excepcional podemos encontrar la presencia de mujeres.

Su función era la de abastecer de agua potable a los vecinos de la localidad o ciudad en la que se encontrasen, algo muy necesario para la mayoría de la población que no contaba con fuente cercana ni pozo en sus casas.

El aguador se nutría de las fuentes públicas, de las que recogía el agua potable por medio de cántaros para posteriormente venderla de forma ambulante.

El transporte del líquido de hacía mediante cántaros, tinajas, barriles o, en sus últimos años, con cisternas. En la mayoría de los casos eran llevados en una carreta tirada por un burro, pero también existían los aguadores que cargaban los recipientes a sus hombros y comenzaban su camino por las calles del municipio.

Fue la implantación del sistema de agua corriente, en la mayoría de los núcleos de población bien entrado el siglo XX, lo que provocó la desaparición de la figura del aguador.

Sin embargo, en ciudades de Siria, Túnez, Marruecos, y en Quito sigue estando muy presente, dadas las necesidades de abastecimiento de agua potable en estas zonas.


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En la localidad manchega de Moral de Calatrava, muchos de nuestros mayores, y no tan mayores, aún recuerdan a Juanerje, último aguador de la localidad y muy querido por todos.

Juanerje repartía el agua fresca de su propio pozo, situado aún en la actualidad en la Ronda Marcelino Ledesma, a buena parte de los moraleños, hasta fechas bastante reciente, y lo hacía transportando el líquido en su cisterna verde, tirada por su mula.