Mis mañanas por Moral de Calatrava

Estos días al recorrer el término de Moral de Calatrava en mi bicicleta, veo infinidad de cuadrillas de vendimiadores, cogiendo la uva.

El disfrute del paisaje, mares y mares verdes y pequeños islotes blancos o rojizos, son las viñas y las quinterías; esto, unido a mi afición a la bicicleta, hace que pase unas mañanas agradables y saludables por estos parajes.


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Al ver las cosechadoras vienen a mi mente recuerdos de otros tiempos, en que la recogida de la uva era manual y muy sacrificada, la recogida se hacia en esportones de esparto y se llevaban al carro para vaciarlos en capachos también de esparto.

El transporte a la bodega se hacia en carros tirados por mulas, en la bodega, donde se hacia grandes colas para descargar, donde las tantas de la noche.  Una vez pesado el carro, se ayudaba a descargar la uva y los capachos volvían otra vez al carro y se preparaban para el día siguiente.

Cuando las fincas estaban lejos solo se hacia un viaje al día y la cuadrilla volvía al pueblo andando, cada viaje se transportaba entre mil o mil quinientos kilos, según el carro y la yunta.


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Ahora con estas maquinas se coge en un día más uva que antaño en una semana con una buena cuadrilla, cada vez que la maquina descarga en el remolque vacía tres mil kilos, y cada remolque transporta veinte mil kilos, algunos más.

Moral de Calatrava es uno de los pueblos que más uva coge en la provincia, lo que le hace ser uno de los mayores productores del país por hectárea.