Lorenzo Fernández Molina.- Aunque no es idea de este trabajo hacerlo extensivo, sino limitarlo a Atochón como figura popular y quizá el último lañador que ha tenido Moral, no por ello quiero dejar un breve comentario a la dignidad de ambos: Pepe Sales -por su mina- y Atochón -por su tesoro-.
DOS COSAS TIENE EL MORAL
QUE SON DIGNAS DE MENCIÓN:
LA MINA DE PEPE SALES
He rebuscado en personas o personajes de nuestra localidad de aquellos tiempos y Pepe Sales no aparece en ninguno. De este personaje sólo tenemos lo mencionado: «LA MINA DE PEPE SALES». Así, pues, todo parece indicar que no era de Moral. Todo una invención popular si no fuera porque en el suelo queda la impronta de su obra: el agujero de la mina. ¿Era un buscador de minas, un aventurero, un embaucador, un estafador, …? Sea lo que fuere recaló en Moral, aquí encontró lo que al parecer era una mina de plata. ¡Fue un fracaso! Aquí quedaron enterradas las ilusiones y dineros de los moraleños que confiaron en la aventura
Pasado el tiempo, aquel agujero sólo ha servido para visita curiosa de muchos y para la recogida de materiales base para su pintura allá por los años 40 de nuestro pintor Jesús Velasco.
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El tesoro de Atochón. ¿A qué tesoro se refieren o quieren referir los versos? El único tesoro que podemos encontrar de este personaje son sus útiles de trabajo. Le gustaría remirar sus lañas, sus barras de estaño, sus hornillo, y …. Sus útiles era, pues, su tesoro. ¡Un gran tesoro! Era lo que le permitía su supervivencia en el arreglo diario de los demasiados casquijos y roturas que por la falta de dinero para su sustitución debían ser reparados lo más pronto posible en todas las casas moraleñas.
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