Virginia Sánchez Nuño, ganó el VI Certamen Internacional sobre Discapacidad «María Fonellosa» con este gran y emocionante trabajo:
Hoy se siente mujer pequeñita,
indefensa, cansada y ausente,
como niña perdida, sin alas,
como arena de playa sin brisa.
Ella, el firme timón de la casa,
que alentaba su amada familia,
hoy precisa la mano de alguien
para dar un paseo cortito
y asomarse un poquito a la calle.
Ella llama a sus hijas mamá,
a sus hijos les habla de usted,
y a su esposo le dice señor.
Mas los mira tan llena de amor
que no puede dejar de ejercer
como madre y esposa especial
con el alma entregada a pesar
de vivir en su mundo de ausencias,
de inconexos recuerdos y olvido.
Un tornado ha venido a su vida,
ha dañado su cuerpo de espiga,
ha dormido su alma cantora,
y ha segado su mies sin dorar.
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El silencio se adentra en su día.
A ratitos se aclara su mente
y regresa a paisajes amados,
a las dulces vivencias de ayer
que en su frágil memoria subyacen
y en su alma se mecen y anidan.
Pero a poco se sube a su nube, desconecta del mundo cercano
y navega por mares sin luz
o tal vez más azules ¡quién sabe!
¿Guardará los recuerdos intactos
de sus años bañados de luz?
Su pensar la regresa al colegio.
Tararea canciones de infancia,
dice frases que son incoherentes.
y repite la tabla del nueve.
A la vez que pronuncia algún nombre,
imagina ejercer sus quehaceres;
cose ropa sin hilo ni aguja,
se remienda su antigua camisa
y se borda su falda de flores.
Unas lluvias viajeras le dejan
somnolencias que acusa su rostro.
La demencia otoñal ha esculpido
cicatrices en su alma preciosa.
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La han sentado en el patio de casa.
El fresquito le besa la frente.
Se sumerge en sus olas pensantes
que le aportan aromas de nido
y risueñas parcelas de infancia.
Y callada acomoda su oído
al sencillo cantar de las aves,
y a algazaras risueñas de niños.
Mas un velo de espumas la aleja
de sus bellos rincones de siempre.
Desconecta de todo y se duerme
reposando en la fiel mecedora.
Se sumerge en los fríos de invierno
y se llenan sus manos de escarcha; otras veces acuna ilusiones
y se llenan sus manos de besos.
Todo se hace silencio pactado,
cual locuaz mariposa sin alas
con la estrella más alta del cielo.
Hoy precisa cuidados. La asisten
su familia y geriatras expertos.
Yo no sé si recuerda los nombres
de los seres que amó sin medida,
pues su herida memora anochece
en un mundo inconexo, sin orden.
Pero sé cómo goza si mira
a los ojos que miman su alma,
que la inundan de paz y cariño:
¡les devuelve tan linda sonrisa!
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¿Está enferma y dañada su mente,
o tal vez solo se halla perdida
en la estancia más bella del alma,
en los ecos que nunca se acallan,
en los sueños que nunca anochecen?
Aún conserva caliente su pulso.
Aún se instala la sed en sus labios.
Aún se llenan de sus ojos de agua
al gozar la feliz cercanía
o sufrir la obligada distancia.
Necesita el calor de la gente,
el amor de sus seres que ama.
VIRGINIA SÁNCHEZ NUÑO
Ganadora del VI Certamen Internacional
sobre la Discapacidad ´´ MARÍA FONELLOSA´´
Unión Nacional de Escritores de ESPAÑA (UNEE)
Almenara (Castellón) 2022