Moral de Calatrava, 5 agosto 2024. Ayer después de misa fue descubierto el reloj de la Torre en un rincón de la Iglesia, donde todos los moraleños podemos contemplar y disfrutar, el reloj pasa ser un motivo más de orgullo y pertenencia de todos los moraleños. Además de los que aquí se menciona, también quiero destacar la entrega, empeño y cariño con que nuestro párroco, Miguel Ángel Jiménez Salinas ha puesto, para que el «reloj» sea una realidad en nuestro pueblo.
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Junto a unas imágenes del proceso, podemos leer el texto que le acompaña:
«Contemplas el reloj que antes estaba en la torre de la iglesia. Ante estuvo en al ayuntamiento.
Dormia todo su mecanismo, silencioso, en el habitáculo que antes había sides hogar durante décadas. Ahí había dejado de marcar los tiempos de nuestras vidas y, como el arpa, esperaba el momento de su despertar, de un nuevo renacer, de una nueva misión porque la suya le había sido sustraída por los modernos mecanismos electrónicos.
El 4 de noviembre de 2022, por la mañana, pieza a pieza fue desmontado. Después de largos años, comenzaba nueva etapa.
En el pasado de los minutos vividos, lo ponían, puntual en hora Eugenio Talavera Mas, José García Pradas y José Fernández Bados, Eugenico, Benjamin y Saúl, sus sobrenombres.
Él ha sido testigo de muchas entregas y silencios de nuestro pueblo. A cuantas vidas habrá marcado los tiempos.
Hoy gracias a José Fernández (Saúl) y a su hijo Alfonso Fernández Torres, a Sacramento Felipe Talavera que ayudo en su desistalación y en la bajada la maquinaria, y a cConstrucciones Mecánicas Elias, el lugar donde ha pasado los últimos meses para ir recuperando el esplendor y brillo, podemos volver a disfrutarlo. Hoy, que lo podemos disfrutar limpio, reluciente. No marcará ya nuestros tiempos, pero será testigo con nosotros, de su discurrir.
Gracias los que consiguieron que este reloj fuera instalado en la torre de nuestra parroquia.
Gracias a todos los que lo hicieron funcionar y lo mantuvieron en el tiempo. Gracias a los que, recientemente, lo han desinstalado y lo han hecho funcionar. Meción especial a Alfonso (Saúl) que, con esmero, cuidado y paciencia, ha limpiado cada una de las piezas, ha reconstruido lo poco que faltaba, lo ha montado y, con su padre nos lo ofrece de nuevo a todos.
Gracias. Seguimos viviendo, segundo a segundo en un tic tac que nos conduce a a eternidad».
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