San Cristóbal en la iglesia de san Andrés de Moral de Calatrava

1. SAN CRISTÓBAL EN LA IGLESIA DE SAN ANDRÉS

José Acedo Sánchez. 16 nov. 2022.- Para iniciar este artículo veamos lo que fue la capilla correspondiente a la Cofradía de Santa María la Mayor dentro de la iglesia de San Andrés Apóstol, situada en la parte derecha de la iglesia, la última junto al altar, actualmente sin ninguna imagen tal como muestra la foto siguiente,

Como se puede apreciar se encuentra vacía de imágenes, aunque dispone de pinturas al fresco en un estado deplorable. Estas pinturas parece que fueron descubiertas por los años 1950. La foto actual corresponde a la restauración llevada a cabo durante la remodelación de la iglesia en el año 2014.

La descripción de la iglesia en el año 1737, realizada por los visitadores de la Orden de Calatrava, al referirse a esta capilla dice lo siguiente:


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“Ya distante se reconozió un Arco como los antezedentes por donde se entró en una capilla donde se venera un Altar con Santa María la maior sentada en una silla Dorada, y es así dicha Imagen como la capilla de la Cofradía de dicha Santa Imagen y sus reparos de Altar son de quenta del capellán y el tejado de los herederos de María de León.

Asimismo se reconozió un Barandillaje de pino que sirve de comulgatorio y está bueno y no nezesita de reparo alguno.

Y entrando por el ay un Altar que sirve de Sagrario y tiene un retablo Dorado de dos cuerpos con sus quadros de pinturas, el maior del señor Santiago y el más mediado del señor san Christóbal, y está bueno y sin nezesidad de ningún reparo.”

De esta Cofradía se tiene constancia documental de finales del siglo XV (1491) como una de las que existían adscritas a la iglesia de San Andrés Apóstol.


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Según Fr. Antonio M. Trujillo de la Orden de Frailes Menores Capuchinos, en su estudio titulado “Imaginería religiosa” comenta que la imagen de Nra. Sra. Santa María la Mayor,

“Originariamente era titular y presidía en el siglo XVIII una capilla propia en la Parroquia de San Andrés. Se sabe que después, por causas que se desconocen peregrinó por varios templos de la localidad: la ermita de Santiago (actual San Blas) y la ermita de San Roque de donde desapareció para ser destruida en el verano de 1936. Era conocida con el nombre popular de “Virgen de la Silla” en alusión al soberbio trono sobre el que estaba sentada la imagen. Según los testimonios orales, la imagen estaba totalmente decorada con oro.”

La foto anterior muestra la imagen de Santa María la Mayor tal como debieron conocerla nuestros mayores. De alguna manera tiene un aspecto parecido al que debía tener Santa María de la Sierra en su origen, es decir, sentada en una silla y dorada.


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Además de Santa María la Mayor se comenta en el documento mencionado de la Orden de Calatrava, que se encontraban en esta capilla dos cuadros representando al apóstol Santiago (Sant Yago) y San Cristóbal, que bien podrían ser como los siguientes.

En cuanto a San Cristóbal, la iglesia ortodoxa le rinde culto como un gigante que fue ejecutado bajo el mandato del emperador romano Decio por predicar la fe cristiana. En la Iglesia católica su culto, aunque muy extendido, fue puesto en duda por el Vaticano en 1969, considerando que se trata de una leyenda medieval.

Según la Real Academia Española, leyenda es la “Narración de sucesos fantásticos que se transmite por tradición”. En otra acepción, leyenda urbana es una “Historia inventada, extravagante, que circula entre la gente como si fuera verdadera”.


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De tal forma que se trata de un santo no reconocido en el calendario litúrgico romano, del cual fue eliminado con la reforma litúrgica de la iglesia propugnada por el papa Pablo VI en 1969, dejando abierta la posibilidad de celebraciones locales por tradición. A pesar de ello sigue siendo un santo muy popular.

Su devoción data de la Edad Media, teniendo como base una leyenda basada principalmente en la publicación del dominico italiano Santiago de la Vorágine (Jacopo da Varazze) en el siglo XIII. Es conocida su popular Leyenda Dorada, en la cual aparece Offerus como un gigante que orgulloso de su fuerza ayudaba a los viajeros a cruzar un río muy peligroso portándolos sobre sus hombros.

Según esta leyenda, un día cruzó el vado del río cargado con un niño. Cuando iba por la mitad del río, y a pesar de su fortaleza, empezó a hacerse insoportable el peso del niño, llegando a la orilla después de grandes esfuerzos. Al llegar a la orilla le preguntó:

“¿Quién eres, niño, que me pesabas tanto que parecía que transportaba el mundo entero?


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Tienes razón, respondió el niño, peso más que el mundo entero, pues soy el creador del mundo. Yo soy Cristo. Me buscabas y me has encontrado. Desde ahora te llamarás Christóforos, Cristóbal el portador de Cristo.”

Como consecuencia, el nombre de Cristóbal “portador de Cristo” le vino de este hecho,

al cual se le unieron una serie de anécdotas, como el florecimiento de su vara, y otras leyendas aparecidas en la Europa medieval que dan lugar a sus diversas representaciones artísticas.

Por ejemplo, San Cristóbal era protector ante las muertes repentinas en las que no había dado tiempo a la confesión. Bastaba con ver su imagen por la mañana para estar protegido todo el día, dando origen a refranes como “Si de San Cristóbal hemos visto el retrato, ese día la muerte no ha de darnos mal trato». Esto justifica su representación en muchas iglesias en formatos de gran tamaño. Solo con entrar un momento y mirar al gigante pintado aseguraba la vida durante ese día.


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Generalmente las imágenes se colocaban en la pared frontal a la puerta de entrada para que fueran vistas nada más pasar, como ocurre en el caso de la imagen descubierta durante la última restauración de la iglesia de San Andrés Apóstol de Moral de Calatrava en 2014, situada frente a la puerta de entrada. Estas imágenes de gran tamaño se suelen conocer con el nombre de San Cristobalón, existiendo gran cantidad de ellas en iglesias y catedrales

En principio fue adoptado San Cristóbal como patrón de los caminantes o peregrinos y mucho tiempo después como patrón de los conductores de vehículos, debido a la devoción popular de los viajeros para verse libres de peligro.

Igual que todas las leyendas, esta también ha dado motivo para realizar obras de arte, entre ellas la que aparece a continuación, un óleo pintado por José de Ribera y Cucó, pintor nacido en Játiva aunque su carrera se desarrolló en Italia, por cuyo motivo era conocido como El Españoleto. El cuadro fue pintado en 1637 y se encuentra en el Museo del Prado.

Se puede ver a San Cristóbal, con aspecto de gigante y un cayado en su mano izquierda, cargando sobre los hombros a Cristo y una esfera representando al mundo.