Personajes Ilustres siglo XIX.- Carmen Rodríguez

Lorenzo Fernández Molina.- Carmen Rodríguez Moreno que ostentó el pseudónimo artístico de Carmen Ares nació en Moral de Calatrava el 3 de febrero de 1899, hija del director y empresario de teatro Alejandro Rodríguez.

Su familia procedía de Moral y aquí estaban sus muy humildes abuelos a veces viviendo en la Soledad con otros parientes. Con los abuelos tuvieron que venir a vivir los huérfanos Ramón Catalán y su hermana.


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Aunque Carmen residiera en Madrid hasta los 12 años, estuvo viniendo a Moral a visitar a sus abuelos donde coincidiría con su primo hermano, más pequeño que ella, que nos la recuerda en uno de sus poemas.

REMEMBER

Yo te recuerdo, niña, con tus cabellos de oro
que en tus ojos rielaban como blonda cascada,
a la que Febo diera parte de su tesoro
para nimbar gozoso tu cara sonrosada.

Unidos sin saberlo por sangre de linaje,
nacimos orbitados en un pueblo serrano:
yo fui por rumbo oscuro pagando duro peaje;
tú, por opuestos pasos tras un destino arcano.

Tus ojos se gozaron de una rosada infancia,
mientras que yo la mía llevé con duro duelo,
siendo un fugaz momento, por pura circunstancia,
cuando grabe en mi pecho tu rubicundo pelo.

Fue en el dormido pueblo –Moral de Calatrava-
donde se cruzaron nuestros adversos sinos,
y mientras yo sentía la flecha de tu aljaba,
saltabas tú la valla de los vientos marinos,
burilando mi alma la señal de tu fuego

cual deslumbrante estrella con reverberos de oro,
que fueron luz divina de tu semblante griego
para inspirar al poeta bello poema sonoro.

La musa rubeniana, con su plectro divino,
canto de tu belleza la aureola acabada
que llevabas del cielo en tu ser peregrino,
dejando testimonio de tu testa preciada

el tesoro que guardo con raíces de memoria
desde que nos cruzamos en la lejana infancia…
aunque ya sea ceniza la romántica historia
y su eco de haya muerto sin dejar resonancia.

A la memoria de mi prima Carmen Rodríguez Moreno.


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Artísticamente “nace” en Cuba, se educa en Centroamérica, se gradúa en Méjico, ¡y revalidó sus títulos en Hollywood! Es una excelente actriz de teatro, una inspiradísima recitadora y una muy admirable artista cinematográfica.

Salió de Madrid cuando aún era muy niña marchando a Méjico con su familia. Su padre era director y empresario de una Compañía teatral que hacía «género chico» por aquellas repúblicas. Pasaron a Cuba. En 1915 se casa en Cuba con Pepe Fernández del cual matrimonio tuvieron un hijo.

En el álbum personal de Carmen hay una página que escribió el maestro inmortal Rubén Darío, poco antes de alejarse de este mundo.

Si el divino Darío cantó a Carmen, ¿qué podemos decir nosotros?

Rubén Darío escribió su poema a Carmen Rodríguez para el homenaje que se le dio a ella en el Gran Teatro de Guatemala el 18 de mayo de 1.915. Lo compuso en breves minutos, sentado en el Bar “La Unión de Guatemala”. El poema original, recién salido de la pluma de Rubén, fue leído por Claudio García, barítono de la Compañía de Marina Huguetti. Posteriormente ella lo incluyó en su repertorio,recitándolo por primera vez en Chile, en el Teatro Reina Victoria de Valparaíso, donde ella cantaba “El Trobador”.


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Al final de su aria la aplaudieron tanto que, en vez de repetir el número, recitó el poema a ella dedicado unos meses antes y el éxito fue apoteósico. El poema fue publicado en las revistas “Ideas Gráficas” y “Cinegrama” de Barcelona; en “Castillos y Leones” de Méjico figuraba junto a otro poema de Alfonso Camín, titulado “Romana”, también dedicado a la “rubia cabeza” de Carmen Rodríguez, y en el“Diario Ilustrado” de Puerto Rico, en cuyas páginas centrales aparecía el retrato célebre de su “cabecita de oro” y el poema de Rubén.

Tus cabellos de oro son del Siglo de Oro.
Solo tus cabellos valen un tesoro,
oro que a la tierra nos envía el sol.
Y eres tan graciosa y eres tan bonita
que tu blonda imagen en mí resucita
toda una leyenda del pueblo español.

Tu cabeza es oro de veinte naciones.
Oro que llevaron todos los galeones
y que nunca pudo tener el inglés.
Y aunque te la ciñas o te la desates,
tu cabeza es oro de veintiún quilates,
que trae homenajes de amor a tus pies.

Tus coqueterías son de la Giralda,
y si tus pupilas no son de esmeralda,
tienen el misterio del Guadalquivir;
una vez América las ve, y no se engaña:
en ellas se encendieron los soles de España.
Ojos que nos dicen: ¡Amar y …morir!

Tal mi fantasía sueña Andalucía.
Ojos que parecen de la luz del día.,
ojos que han nacido de la obscuridad;
que son de igual modo como dos luceros,
como dos caricias, como dos aceros
que en los corazones se hunden sin piedad.

Boca soñadora de rosa y de mora,
estuche que guarda perlas de Bassora,
dichas de un ausente, sueños de Don Juan.
¿Oh gentil gitana! Con ese salero
pareces la amada rubia de un torero
que fuese poeta, guerrero y sultán.

Más mi fantasía indiana o moruna
quisiera mirarte, con luz de la luna,
asomada al marco de altivo aljimez,
y al cantarte muchas cosas pasionales
revivir las dulces noches medievales
mientras que la escala llega hasta mis pies.

Con quince o dieciséis años, debutó en La Habana con La trapera, un castizo sainete madrileño. El éxito en este género le hizo mantenerlo bastantes temporadas y amplía su repertorio para hacer opereta, comedia. y la recitación que era su gran afición.


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Actúa por primera vez en una función benéfica en el Teatro Pliteama de La Habana. Obtiene tal éxito que su padre le organiza una compañía, debutando como profesional en el Teatro Terry de Cienfuegos (Cuba).A comienzos de 1917 rueda la película mexicana «El pobre Valbuena».

Este mismo año se traslada a España rodando ya en Barcelona, hasta 1920, seis películas de producción española.

1920 Cuando Carmen Rodríguez llegó por vez primera. a Hollywood, procedía de las tablas. Su compañía teatral triunfaba en Los Ángeles. Como prueba, accedió a los ruegos de Antonio Moreno para que le acompañara en la protagonización de un film de corto metraje.

Entre 1923 y 1930 revela su personalidad de recitadora, de actriz cómica y dramática a lo largo del continente americano.

Como su deseo era ya hacer cine, marcha a Hollywood y surgió una oportunidad. En aquella época no había allí actrices de carácter. El rodaje del film El último de los Vargas había sido suspendido por no encontrarse una actriz de valía, Los directores no sabían ya a dónde recurrir. Carmen Rodríguez se presentó un día en las oficinas de la compañía Fox y ofreciose para encarnar dicho papel. Le fue negado en un principio porque ella no tenía la edad que requería el personaje, Carmen insistió, se le hizo una prueba debidamente caracterizada y pocos meses después el film fue estrenado con gran éxito .


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Viene el auge de los films en español y se hace indispensable en toda producción siendo una de las artistas mejor retribuida cobrando $500 semanales.

En 1930 llega a Nueva York. dando recitales para el público hispano. Deja la comedia y la opereta cuando surge el cine sonoro e interviene en un breve film musical de los producidos en Nueva York por Hispano-América Movitonal en los comienzos del cine hablado que fueron seguramente de las primeras que se filmaron en español. Inmediatamente fue contratada por la Pathé; pero no llegó a trabajar con ella, por haber quedado destruidos sus Estudios por un incendio.

Viene el auge de los films en español y se hace indispensable en toda producción siendo una de las artistas mejor retribuida cobrando $500 semanales

La Metro-Goldwyn se disponía a filmar «Olimpia»; necesitaban una actriz, la probaron y quedó contratada. 

Desde entonces se especializó en interpretaciones de carácter y muy rara vez apareció tal como es en realidad. Así como otras artistas procuran parecer jóvenes, a ella no le importa fingir diez o veinte años más. Carmen Rodríguez rompió la tradición cinematográfica que en Hollywood exige que cada artista no represente en la pantalla más años que los que tenga o puedan atribuírsele en su vida privada.


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A partir de su interpretación en esta película trabaja con regularidad durante cinco años, haciendo un total de 16 películas y trabajando para distintas compañías cinematográficas como: La Metro, la Fox, la Paramount y la Warner Bros. Cuando marchaba bien y esperaban hacer nuevos films, llegó la suspensión de toda producción en castellano por parte de la mayoría de los Estudios de Cine. Solo quedó operativa la Fox, a la que Carmen tuvo que volver y donde tomó parte en casi todos sus films hasta 1934. En 1935 participa en el rodaje en Nueva York de «Tango Bar» (con Rosita Moreno y Carlos Gardel).

En 1933 concede una entrevista a Miguel Zárraga a la que llegó acompañada de su esposo el popular Pepe Fernández y anticipa su vuelta a España y desembarcar en Barcelona. La llegada de la renovación con la Fox (1934) y el contrato con Paramount (1935) lo hace retrasar su venida 2 años más.

Soñadora perenne, anhela ahora algo más: quiere trabajar en España. ¿Cómo actriz? ¿Cómo recitadora? ¿Cómo artista de cine? Le es lo mismo. Para ella lo único importante es trabajar y debutar en Barcelona….

Llega a Barcelona, en el mes de mayo de 1935 con la idea de hacer una tournée a base de recitales y actuar en algún film. Estalla la Guerra Civil quedando Carmen instalada en Barcelona, territorio republicano, realizando 6 películas durante este periodo.

Un mes después de su llegada a España concede una entrevista en Madrid a Florentino Hernández Girbal9 y publicada en Barcelona.

Dicha entrevista está hecha como presentación de la actriz para España (Madrid), es por eso por lo que cambia su nacimiento de Moral por Madrid y presenta sólo como credencial sus mayores éxitos y por ello no hace mención de la películas de series en Barcelona o la mexicana de Nueva York.. Haciendo mención de su mayor éxito Tango Bar.

¡ Lástima! Al día siguiente de esta entrevista (24 de junio de 1935) se estrella Carlos Gardel!

En 1936 está trabajando en el teatro Romea.. Única presentación en Barcelona de la estrella cinematográfica CARMEN RODRÍGUEZ en su aspecto de «RECITADORA».

La guerra civil hace frustrar muchos de los planes de rodaje de películas en las cuales ella sería protagonista; «La madre» que no llegó a rodarse; «La malquerida» en la que haría el papel de Raimunda, que retraso su rodaje hasta pasada la guerra. Entre sus diferentes rodajes queda tiempo para intervenir de jurado en el Certamen de Belleza patrocinado por Popular Film para la elección entre las asistentes de una belleza que, como premio, intervendrá en una película.


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Una vez retirada de la escena a mediado de los sesenta, vive en Madrid junto a su hijo Don José Fernández, escribe poesías y relatos literarios y es amenísima conversadora, recordando con prodigiosa memoria anécdotas de su vida artística, relatos sobre Rubén Darío, de quién sigue siendo inimitable recitadora.

Tras la Guerra Civil regresa a América en 1942 trabaja en dos films venezolanos, no consiguiendo triunfar en América en esta su segunda etapa, por lo que decide volver definitivamente a España en 1946 y concretamente a Madrid, donde trabaja algo más aunque solo aparece esporádicamente en las carteleras cinematográficas. Durante un dilatado período, tras la época inmediatamente posterior a la Guerra Civil, su producción se relanza y vuelve a ser muy fructífera a partir del año 1952.

 

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