Moral de Calatrava, 11 sep 2021.- Desde hace unos años mi barrio se está muriendo, solo nos quedan las fiestas del Cristo, que celebramos una vez al año. Ha tenido que venir el Covid-19 con su maldita pandemia y nos ha quitado lo poco que nos quedaba, la celebración de nuestra fiesta.
Los chiringuitos, la pólvora, bailes y procesión, todo se lo ha llevado el virus; y cómo la ermita es pequeña nuestro querido Cristo se ha tenido que trasladar a la parroquia para cumplir el protocolo Covid.
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Nueve días de idas y venidas a las novenas que también se han esfumado, ese ambiente que durante todo el año se echaba de menos y que al llegar estos días animaba el barrio.
Hay días que me siento en un banco y recuerdo los años sesenta, un bullicio permanente de gente: mayores, jóvenes y pequeños nos juntábamos en la “alameda”. Esos recuerdos vienen acompañados por las personas que ya no están a las que recuerdo entrañablemente, las veo formando corros y hablando amigablemente, los jóvenes jugando a todo tipo de juegos populares, (mocho, cangraje, marro, etc.) varios círculos en la tierra eran testigos del juego con el trompo (peonza), y los niños deseando crecer para jugar como ellos.
Había tal ambiente que no necesitabas bajar a la plaza. Hoy mismo lo comentaba con unos amigos, “los “catalinorros no necesitábamos venir a la plaza, allí teníamos de todo”.
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Hoy no tenemos ni a nuestro Cristo, sabemos que la situación es la que manda, así que, le visitaremos en la parroquia de san Andrés donde se celebran los actos religiosos en honor al Santísimo Cristo de. la Humildad, Patrón de Moral de Calatrava, y pediremos para que el próximo año podamos celebrar su fiesta en nuestro querido barrio.
